La conversión a ecológico y su certificación

La conversión a ecológico y su certificación

Hace unos días estuvimos en el Mercado de Motores , nuestro primer contacto directo con el consumidor. Durante estos dos días la mayoría de preguntas que nos hicisteis estaban relacionadas con los distintos tipos de aceite que podemos encontrar en el mercado (de lo que ya hablamos en «¿Qué es el aceite de oliva?«) y el significado de conversión a ecológico.

La conversión a cultivo ecológico no es más que el tiempo que transcurre desde que se solicita la certificación ecológica hasta que un miembro de la certificadora mediante analíticas del suelo, hojas y producto (en caso del olivar) determina la ausencia de productos químicos. Este periodo dura tres años en cultivo leñosos (dos en herbáceos).

Durante este periodo el olivar se cultiva sin ningún tipo de productos químicos ni fitosanitarios. Hablaremos más en detalle de la diferencia entre agricultura ecológica y tradicional en sucesivas entradas.

En nuestro caso, los olivares se encuentran en su tercer año de conversión, a la espera del mes de abril de 2014 en el que serán “auditados” para obtener el certificado.

Posteriormente, una vez al año, seguirán teniendo las inspecciones oportunas para mantener la certificación como ecológico.

Por si estáis pensando en certificar vuestros cultivos en ecológico, los reglamentos de la  Unión Europea que debéis controlar son los Reglamentos Comunitarios 834/2007 y 889/2008. Además en España , cada comunidad autónoma decide el modo de aplicación de estos reglamentos comunitarios. Así, en algunas existe solo certificación pública, en otras solo privada y en otras, como en el caso de Castilla La Mancha se dan los dos tipos.

En muchas ocasiones surge el debate sobre la necesidad de realizar la certificación para asegurar que el agricultor cumple con las normativas. Obviamente este debate aparece en núcleos de pequeños productores y consumidores no en el seno de grandes producciones ecológicas.

Es cierto que a nivel de compra de alimentos en ciudades, es difícil mantener la confianza entre el consumidor y el productor a nivel de producción respetuosa con el medio ambiente y es ahí cuando surgen la normativa y la certificación.

Para nosotros es una manera de homogeneizar los procesos y dar tranquilidad al usuario, pero a la larga se desvirtúa como ocurre en la actualidad:

–       modas que encarecen los precios,

–       cambio a cultivo ecológico durante períodos de 5 años para aprovechar las ayudas europeas,

–       industrialización de la producción de los productos ecológicos,

con lo que se acaba perdiendo el sentido real de la producción ecológica que no debería ser otra que el desarrollo rural, social y económico sin dejar nunca de lado al entorno.

 

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